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Megas, gigas y teras: Una breve guía para no perderte

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A la hora de adquirir un producto de tecnología, nos podemos sentir abrumados ante las muchas características técnicas a las que debemos prestar atención. Aunque en las tiendas BEEP Informática podemos ayudarte y atenderte sin ningún problema, siempre es bueno tener cierta idea de los conceptos más importantes. Es el caso de las unidades de medida en tecnología como, por ejemplo, los omnipresentes gigabytes y megapíxeles. Así que vamos a explicarte todo lo necesario para que te conviertas en un experto del tema.

pasar de gigas a megas

En una sociedad en que la tecnología es indispensable, es fundamental no confundir los megabytes (MB) con los gigabytes (GB). Y es que 1 GB almacena 1000 veces más datos que 1 MB. Para ser precisos, 1 GB contiene un total de 1024 megabytes. En este caso estamos hablando de unidades de medida de almacenamiento, pero la verdad es que son muchas las características que disponen de sus propias unidades de medida.

De modo que, si para comprar muebles siempre tenemos que ir con la cinta métrica encima, también es muy recomendable que tengamos unas sólidas nociones para tomar medidas en tecnología. Básicamente porque si queremos comprar un dispositivo o equipo donde se almacenen archivos, es imprescindible tener unos mínimos conocimientos de capacidad de almacenamiento para que las características del producto se ajusten a lo que necesitamos en ese momento.

Acerca de los prefijos: más sencillo de lo que parece

En informática, la unidad básica de información es el bit, un dígito de lenguaje binario que expresa un valor de 0 o 1. Pues bien, un byte (B) se puede cuantificar métricamente como ocho bits. Pero los equipos de hoy en día exigen que midamos, como mínimo, a partir de gigabytes (GB).

La lección número 1 versa sobre los prefijos de cantidad. Los más empleados son los prefijos mega, giga y tera, que aluden, respectivamente, a 1 millón, 1.000 millones (para los anglosajones, 1 billion) y un billón (en el ámbito angloparlante, 1 trillion). Estos prefijos, creados hace más de 50 años, nos ayudan a determinar cantidades de todo tipo. A lo largo del tiempo, se han ido creando otros prefijos, como peta, exa, zetta y yotta, que nos ayudan a medir a lo grande. Ahora bien, en la tecnología de consumo no solemos movernos por encima del tera.

Un GB equivaldría a unos 1.000 millones de bytes (1.073.741.824, para ser exactos). Igualmente, es interesante saber que un kilobyte (kB) equivale a 1.024 bytes (B); que un megabyte (MB) es igual a 1.024 kilobytes (kB); y que un gigabyte (GB) equivale a 1.024 megabytes (MB). En internet podéis encontrar útiles conversores online de estas unidades de medida.

Almacenamiento

Uno de los momentos en que más necesario es el conocimiento de las unidades de medida es cuando queremos comprar un disco duro externo. En ese momento, tenemos que saber qué almacenamiento le exigiremos al dispositivo. ¿Qué necesidades tenemos? ¿Qué deseamos conservar en ese disco duro? Si sabemos el uso que le vamos a dar, podremos valorar y decidir de forma más precisa qué tipo de disco duro adquirir.

Las nociones sobre almacenamiento también nos hacen falta cuando queremos saber qué capacidad de almacenamiento le pedimos a un sobremesa, portátil, tableta o smartphone. Hoy en día hasta los dispositivos más pequeños, como los smartphones, cuentan con un buen número de gigabytes (GB) disponibles. Cada vez movemos y guardamos más datos y más archivos de todo tipo. Hacemos muchas fotos y vídeos que cada vez tienen más calidad. De ahí que pesan más y exigen un mayor espacio para el almacenamiento.

Por supuesto, no podremos demandar el mismo espacio de almacenamiento a un smartphone que a un equipo de sobremesa. Así, en un ordenador de sobremesa, y en discos duros externos, guardaremos, por ejemplo, los vídeos familiares que grabemos. Ésos son archivos que pueden ocupar mucho espacio y por eso, tanto ordenadores como discos duros tienen más capacidad y una larga vida útil.

Transmisión de datos

Si nos referimos a la transmisión de datos, conviene saber que el bit (¡no byte!) también se utiliza para señalar la velocidad de transmisión de datos entre dos puertos o aparatos. No se recurre al byte porque no se pretende medir cantidades, sino frecuencias de trasvase de información o datos.

La transferencia de datos de nuestro móvil o nuestra conexión de internet doméstica se mide en bits transmitidos por segundo (bps). Con las conectividades de hoy día, lo habitual es referirnos a megabits por segundo (Mbps) y, en el futuro, aludiremos a gigabits por segundo (Gbps).

Un mundo lleno de pantallas

Actualmente se priorizan los contenidos visuales y, por eso, nos vemos siempre rodeados de pantallas. Por ese motivo es tan necesario que sepamos reconocer la calidad de una pantalla a partir de unidades de medida. Medimos el tamaño en pulgadas, según el sistema anglosajón. Una pulgada es igual a 2,54 centímetros.

Otra variable muy importante a tener en cuenta es el píxel: se trata de la unidad mínima de color de una imagen digital (una foto o una película o grabación), que nos permite saber la resolución de la imagen.

En el ámbito de la fotografía, nos movemos en el rango de los megapíxeles (un millón de píxeles). Con esta unidad se cuantifica el número de píxeles que tiene el sensor de una cámara al capturar instantáneas. La otra unidad relevante es la densidad de píxeles: es decir, la cantidad de píxeles que se muestran en una pulgada. Esta unidad de manifiesta con las siglas ppp (en inglés, ppi). La resolución óptima de una fotografía se sitúa entre 240 ppp y 300 ppp.

En cuanto al procesamiento de los equipos tecnológicos, debemos tener en cuenta que la medida para medir la capacidad de proceso de cálculo es el hercio (Hz). Con los hercios medimos la cantidad de ciclos que puede cumplir un microprocesador durante un segundo. En informática, esta unidad se tiende a mostrar en gigahercios (GHz). Hoy en día casi todos los equipos cuentan con, al menos, 1,7 GHz.

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